Como cada año, se celebró el día sin coches en la capital belga, Bruselas. Durante el domingo del 21 de septiembre las coches y la mayoría de los autobuses no podían circular en las calles de la capital. El objetivo de este día es sensibilizar a la gente en cuanto al recalentamiento de la tierra. Es una ocasión para los habitantes de ver la ciudad de otra manera y de visitar barrios que no conocen porque cuando uno está en su coche no presta atención a lo que está a su alrededor. Es también una ocasión de disfrutar de un día tranquilo para hacer bicicleta, jugar con los niños en los parques o hacer deporte en las calles sin tener miedo de los coches y autobuses.
Sin embargo, esa acción molesta algunas personas, por ejemplo los taxistas porque unos autobuses gratuitos circulan en la ciudad pues no es un día rentable para ellos. Tampoco lo es para los restaurantes y los bares.
Ese año, la iniciativa se extendió a otras ciudades de Bélgica (Virton, Ciney, etc.). Lo que significa que en Bélgica la gente se preocupa por el medio ambiente pero en esas pequeñas ciudades los transportes no están tan desarrollados lo que puede molestar a los habitantes.
Esa iniciativa es una buena idea para sensibilizar pero el número de coches no va a disminuir, es más un día simbólico. Por eso, necesitamos actividades más concretas porque el día sin coches es un hecho aislado. Quizá, la gente va a comprar coches más ecológicas pero va a pasar mucho tiempo antes de que la contaminación disminuya en una gran ciudad como Bruselas y que la gente cambie sus costumbres.
Sin embargo, esa acción molesta algunas personas, por ejemplo los taxistas porque unos autobuses gratuitos circulan en la ciudad pues no es un día rentable para ellos. Tampoco lo es para los restaurantes y los bares.
Ese año, la iniciativa se extendió a otras ciudades de Bélgica (Virton, Ciney, etc.). Lo que significa que en Bélgica la gente se preocupa por el medio ambiente pero en esas pequeñas ciudades los transportes no están tan desarrollados lo que puede molestar a los habitantes.
Esa iniciativa es una buena idea para sensibilizar pero el número de coches no va a disminuir, es más un día simbólico. Por eso, necesitamos actividades más concretas porque el día sin coches es un hecho aislado. Quizá, la gente va a comprar coches más ecológicas pero va a pasar mucho tiempo antes de que la contaminación disminuya en una gran ciudad como Bruselas y que la gente cambie sus costumbres.
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